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Historia y Arte
EL SIGLO XIX
Economía y sociedad - 1ª parte
Introducción
sí como a lo largo del siglo XVIII los cambios que se produjeron en materia económica y en el ámbito de lo social significaron una ruptura con el pasado, durante el siglo XIX la continuación de ese proceso de cambios significó sentar las bases de la futura economía y la futura sociedad.
El eje de ese proceso renovador fue la Revolución Industrial, de cuyos avances técnicos, en el campo de la producción y en el de las comunicaciones, se derivaron nuevas fórmulas económicas, nuevas condiciones de trabajo y de relación social y, en definitiva, una nueva mentalidad sobre la que se asentó la nueva estructuración de la sociedad. El resultado de esos cambios ofreció una realidad tan diferente del pasado que, con ellos se abrió la llamada Historia Contemporánea.
Molinos a vapor. Grabado de El viajero
ilustrado.
Las transformaciones agrarias
La importancia y trascendencia de la Revolución Industrial fue tan grande y novedosa que, con frecuencia, se olvida lo mucho que significaron las transformaciones del mundo agrario en la historia del siglo XIX.
Como punto de partida conviene señalar que hasta finales de siglo, la mayor parte de Europa y por lo tanto del mundo, siguió siendo, fundamentalmente, rural y agraria. Esto significó que hasta 1850 casi todas las crisis económicas y sociales tuvieron su origen en el campo. Por otro lado, el despegue industrial estuvo condicionado por tres factores determinantes muy unidos entre sí: la renovación política, la aparición de una nueva mentalidad económica y la disponibilidad de unos capitales.
Teniendo en cuenta que antes de la revolución industrial la actividad agropecuaria era la más sólida base de la riqueza, será fácil suponer la importancia del campo para la acumulación de los capitales que hicieron posible la industrialización.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, Inglaterra ya introdujo notables mejoras en su agricultura que posibilitaron su temprano proceso de industrialización. Ahora bien, fue en el siglo XIX cuando se produjo de manera generalizada lo que muchos historiadores califican de revolución agrícola.